jueves, 20 de enero de 2011

Mi fe en sus ojos




Ella es un chica muy bonita. Lo sabe, no te preocupes querido lector. Lo sabe, porque su caída de ojos levanta los tuyos y los de cualquiera. Sí, ahí están. Madre mía, un día me prometí que no caería en la trampa, en su trampa, en su famosa caída de ojos. Pero sigo desfalleciéndome como el primer día, más bien desfollaciéndome. Mierda, lo he vuelto hacer, he vuelto hacer un juego de palabras. Bueno, pues eso. Que ahora que estoy tendido en el suelo, mirándola a los ojos, creo que he encontrado sentido a mi vida. No, no mal penséis, no es un ataque de misticismo. No creo en Dios, sólo creo en ella.