martes, 5 de octubre de 2010

Despertares



Sus ojos despertaron frente a un círculo de revólveres  - no te muevas, hijo de puta – le gritaban cuatro policías al unísono. La escena del crimen era una postal sangrienta. Una imagen digna de una imaginación sin escrúpulos. Sobre la cama yacía el cadáver de una chica rubia. Su cuerpo inerte, permanecía atrapado entre las sábanas manchadas de sangre. El desorden delataba la pasión de aquel asesinato repentino. Los objetos removidos temblaban de violencia. Las ventanas resoplaban de dolor.  El reloj latía con fuerza. Cada tic sonaba más tac. Las paredes, de las paredes mejor no hablar. Lo importante es que él, algo más consciente, recobró la memoria. Lo jodido. Lo realmente jodido es que despertó. Que despertó de su narcolepsia.