martes, 25 de mayo de 2010

Alguienígenas







A pesar de que existan ventanas con la boca a punto de cerrarse, siempre habrá alguien mirando. Lo más curioso ocurre cuando ese alguien te mira y, a la vez, tú miras a ese alguien. Dos alienígenas. Dos extraños frente a frente. Pero en pocos segundos, la ventana cierra sus ojos dejando a la vista el párpado de sus cortinas. Y observas cómo se echa una cabezadita, mientras te ronca la incógnita de si eras tú quién miraba, o era ese alguien quién te miraba a ti.



(Foto de Marta Vidal)