lunes, 21 de diciembre de 2009

Wiscky, déjame on the rocks




Wiscky, déjame on the rocks,
allí donde acabe la próxima canción.
Déjame sólo contigo, sólo con vos,
gritándome la vida, callándome la tos.

Sangre, tú corre por mi venas.
Dale prisas a mis pausas,
y con las risas de reojo,
deja mis penas difusas en remojo.

Calles, bailarme el rock&roll.
Mover vuestras caderas
que yo estaré a la espera, salto a salto,
de bailaros las aceras, de morderos el asfalto.

Y calle arriba, calle abajo
sigo buscando tus atajos,
cediendo el paso a mis manías,
en frente de tu stop, delante de tu vida.

Y paso arriba, paso abajo,
paso por debajo de tus líos,
cerca del enredo de tu hastío,
paso a paso lento mientras río.

Loco, sigo siendo un niño loco.
Y tú niña, recuerda que si me tiro
de lo alto de tus ojos, poco a poco,
tú serás mi cuerda, y yo, yo seré tu loco.

Loca, por favor, tiéndeme una trampa más
que yo caeré en tus rampas, una tras otra,
Y volveré a ganarme a pulso tus derrotas
y a coserte con cuidado las sonrisas rotas.

Tiempo, róbame las horas
pincha tus agujas en mi carne de reloj
y dale cuerda a los segundos
de uno en uno, de dos en dos.

Y calle arriba, calle abajo.
sigo buscando tus atajos,
cediendo el paso a mis manías
en frente de tu stop, delante de tu vida.

Y paso arriba, paso abajo,
paso por debajo de tus líos,
cerca del enredo de tu hastío,
paso a paso lento mientras río.

Porque esta noche estamos yo y un vaso,
y en su poso se posó el ocaso del fracaso.
Ya no queda nadie, ya se fue to’ quisqui,
ya sólo quedamos tú y yo, querido wiscky.