Diciembre, tienes los jingonbels hinchados
de tanto y tanto villancico desafinado.
Tienes la luz de los neones alumbrando
la felicidad de tu tarjeta de crédito.
Diciembre, tienes los números rojos
más rojos que el traje de Papa Nöel.
Y las dudas de tus deudas
brillando con sus ojos de judas.
Tranquilo, cuando vengan los camellos
algo dejarán para que fumes.
Será un vale por una oportunidad
y sueños en frascos de perfume.
Por cierto Diciembre, feliz navidad.