To be a monster

El miedo es el monstruo más feo de todos. Lo sé, porque nunca lo he visto. Pero lo huelo cada día. Y oler, lo que se dice oler no huele, sino que apesta. Sin embargo, el miedo, curiosamente, también teme al miedo. Así que, a veces, cuando me tiemblan las piernas de coraje, le grito fuerte, tan fuerte, que el muy cobarde se va corriendo. Y con el adiós de sus pasos…escucho cómo se despide su maldito olor.

Despertar, sí.

Despertar y despertar.

Con el olor a la rutina.

Con el poso de los lunes.

Con hambre de nicotina.

Despertar y despertar.

Con un vómito de sol.

Con los ojos de par en par.

Con un ocaso en las pupilas.

Despertar, sobre todo eso.

Con la lluvia en la cocina

Con la fuerza de un bostezo

Con las ojeras vencidas.

Despertar. Sí, hoy también.

Con los sueños planchados.

Con el politono afónico.

y sin apenas cobertura.

Mono de curro

Entre tanta crisis, desesperación y mal fario, el futuro carece cada vez de menos perspectiva. Y por si fuera poco, las drogas son cada vez más caras. Una de las pocas que son legales y muy baratas es el trabajo. Lástima que, por desgracia, cada día la consume menos gente. Putos camellos.

Consfesiones

“La mentira tiene ascensores, 

pero no tiene salidas de emergencias”

(la verdad bien construida)

Mi fe en sus ojos

Ella es un chica muy bonita. Lo sabe, no te preocupes querido lector. Lo sabe, porque su caída de ojos levanta los tuyos y los de cualquiera. Sí, ahí están. Madre mía, un día me prometí que no caería en la trampa, en su trampa, en su famosa caída de ojos. Pero sigo desfalleciéndome como el primer día, más bien desfollaciéndome. Mierda, lo he vuelto hacer, he vuelto hacer un juego de palabras. Bueno, pues eso. Que ahora que estoy tendido en el suelo, mirándola a los ojos, creo que he encontrado sentido a mi vida. No, no mal penséis, no es un ataque de misticismo. No creo en Dios, sólo creo en ella.

Desde que no escribo

Desde que no escribo no sufro tanto, e incluso he aprendido a utilizar el aspirador. También he descubierto que la lavadora tiene otros programas más eficientes y rápidos. En qué estaría yo pensando. Desde que no escribo no salgo tanto por las noches y me apetece amanecer temprano. Y no te lo pierdas, a veces salgo a pasear porque sí. Quién me ha visto y quién me ve. Desde que no escribo soy menos yo. Un yo más tranquilo. Un yo de esos que disfruta comparando los precios en los lineales del supermercado, que saluda efusivamente a sus vecinos, que toma el café despacito. El problema es que he vuelto a cometer el mismo error de siempre: el que tú lees ahora mismo, lo que yo escrito hace un rato.

Confesiones

“El futuro es una enfermedad que se cura hoy”

 
(un visionario)

Me pían los ojos

En ocasiones veo sueños. Sueños que se posan en mis pestañas. Noto su peso y cierro los ojos muy fuerte. Me gusta pensar que son pájaros caminando de puntillas, esperando a alzar el vuelo. Mantengo los parpados cerrados. Espero unos segundos hasta notar como caminan despacito, hasta escuchar su silencio. Entonces sí, los abro de par en par, como quien abre las ventanas en plena mañana. Y ellos vuelan, vuelan y vuelan. Y yo, tan estúpido como siempre, vuelvo a correr, correr y correr para atraparlos de nuevo.

Confesiones

“Nunca los cambios que esperamos
 lo cambian todo”

(el azar)

Las gordas vacas flacas

Los prados que eran verdes ahora son marrones. Marrones que se comen las vacas. Vacas cada día más flaquitas. Flaquitas porque el nuevo pasto es una mierda. Mierda que brota por todas partes. Partes llenas de rostros culpables. Culpables por haberse comido la parcela de las otras vaquitas. Vaquitas que eran aún más flaquitas que ellas. Ellas que nunca fueron gordas. Gordas que ahora matan de hambre. Hambre que no perdona a nadie. Y nadie, nadie dice ni mu.

Confesiones

"Perdí la virginidad con un bolígrafo"

(una página en blanco)

Clasichiflados

Candidata política, operada hasta las cejas, quiere tu botox para ganar las erecciones de noviembre. En el PSM (Partido por una Silicona Mejor) tenemos soluciones para solventar la crisis; la de los cuarenta, los cincuenta y los sesenta. Recuerda, somos el partido que te pide el cuerpo.  
Interesados escribir a agolpedebisturi@niunarrugamas.com

Frases deshechas

Muerto el perro se acabó la baba

 

Por si las gotas

Tenemos días negros. Días grises. Días de sombra.

Tenemos huracanes. Tormentas. Rayos y centellas.

Tenemos goteras. Asfalto mojado. Ojos como regaderas.

Tenemos puños. Fuerza. Rabia. Corazones impermeables.

Porque aunque llueva fuerte.

Tarde o temprano, la lluvia siempre resbala.

Porque aunque la lluvia no cese.

Tenemos. Nos tenemos. Con todo y nada.

Confesiones

"Prefiero a los suicidas

que a los muertos de miedo"

(un kamikaze)